Tal como hemos comenzado a analizar nuestra última clase, trabajar en esta unidad, promete invitarnos a navegar por una historia social, científica, tecnológica, y cívica que marcó nuestra "identidad nacional".
Para entrar un poquito más en tema, les propongo lo siguiente:
1) Observen la siguiente entrevista a los padres adoptivos de Juliana, una niña otorgada en adopción tras un supuesto abandono:
"Llegó a la sede de Abuelas
una mujer diciendo que tenía una niña adoptada, llamada Juliana, que le había
sido entregada por su primo, el juez Mitchell, luego de ser abandonada en la
Casa Cuna.
La buena voluntad de
Carmen Rivarola y de su esposo, José Treviño, que sabían que su hija adoptiva
podía ser una de las nietas que buscaban las Abuelas, aceleró las cosas.
“Vinieron a preguntar si queríamos investigar si esa niña que ellos querían
tanto era una de las nietas que estábamos
buscando –recuerda
Carlotto–. Fueron los únicos que vinieron a hacer un pedido así”.
A partir de entonces,
las Abuelas empezaron a hacer las gestiones para analizar a la criatura. Pero
allí comenzaron los problemas. En junio de 1988, el juez federal de Morón a
cargo del caso, Juan María Ramos Padilla, le pidió a la jefa del Banco, Ana
María Di Lonardo, que le llevara rápidamente los resultados del caso de Juliana
Inés Treviño porque si no iba a ordenar su detención.
Di Lonardo aceptó la
solicitud y entregó los análisis. El examen de histocompatibilidad daba un 98,91 por ciento de
probabilidad de que la niña pertenecía
al grupo familiar Sandoval-Fontana. El estudio había sido realizado en
mayo y en él se había comparado la sangre de Juliana con la de seis miembros de
la familia Sandoval-Fontana. Con este resultado el juez ordenó la restitución,
que se hizo en horas de la noche, trasladando a la niña de una casa a otra y
dejándola con los Fontana, que creían que era su nieta.
Los que estaban furiosos
eran los Treviño, porque se había violado el derecho a esa intimidad que ellos
habían querido resguardar desde que se acercaron a las Abuelas, y así comenzó
una verdadera guerra por los medios.
Los Treviño impugnaron los análisis argumentando, en base al expediente, que
había una diferencia de tres meses entre la edad de Juliana y la fecha estimada
del nacimiento en cautiverio de la nieta de los Sandoval-Fontana.
El juez Alejandro
Sañudo, subrogante de Ramos Padilla, quien había renunciado el 31 de julio de
1988, ordenó hacer un nuevo análisis. La directora del BNDG volvió a confirmar la filiación de
Juliana, ahora con una probabilidad del 99,91 por ciento. Sin embargo, a
pesar de este nuevo análisis y de las recomendaciones en contrario de los
psicólogos, Sañudo determinó que la niña debía que volver con los Treviño. La nueva restitución se realizó en
horas de la madrugada, en un patrullero y con un gran despliegue mediático.
Dos años más tarde, con una metodología más
avanzada, se comprobaría que la niña no
pertenecía al grupo Sandoval-Fontana, pero el daño ya estaba hecho.
Los Treviño quisieron hacer juicio a las Abuelas y exigieron que les pidieran
disculpas, pero el error no había sido de ellas. “El error fue de la Justicia y
del Banco, ahí no teníamos nada que hacer. El Banco produce los exámenes, la
Justicia la restitución”, sostiene Carlotto.
La directora del Banco,
Ana María Di Lonardo, se defendió diciendo que por el método de HLA era
imposible excluir a la niña porque compartía las bases genéticas con las dos
familias. “El señor juez consideró que era satisfactorio y dijo ‘es’.
Evidentemente la niña compartía el árbol genético por azar, no por nexo
biológico”, explica Di Lonardo, quien además, en su momento, arguyó que la fórmula
aplicada, descubierta por Mary-Claire King, era incorrecta.
Víctor Penchaszadeh tiene su propia opinión
sobre el caso de Juliana Treviño: No es que los análisis hayan sido mal hechos,
sino que la comprobación estadística, la formulación estadística de probabilidad
de inclusión se utilizó mal. Por otra parte, los análisis de histocompatibilidad,
en relación a los de ADN, tienen un componente subjetivo muy fuerte. La técnica
incluye la observación al microscopio para determinar si hay o no aglutinación,
que se manifiesta por un enturbiamiento y formación de grumos en la placa de
análisis. Era bastante artesanal comparada con los análisis de ADN que
aparecieron después. Además, se hicieron las cosas de forma apresurada e
improvisada, el juez que estaba a cargo de ese caso buscaba notoriedad pública
y los responsables del laboratorio no analizaron algunos integrantes claves de
la familia Sandoval que de haber sido estudiados desde el comienzo se hubiera
evitado el error. Cuando se produjo el caso de Julia Sandoval, que no era Julia
Sandoval, fue un retroceso muy grave. Se trató de un caso público que duró todo
el año. (…)" Fuente: Las abuelas y la genética. Fragmento del cap. VIII.
- ¿Qué diferencias establece, el Dr. Penchaszadeh, entre las dos formas de estudio de compatibilidad genética entre Juliana y su supuesta familia?
- ¿Cuáles consideran que han sido las principales equivocaciones en la investigación sobre la identidad de Juliana? ¿Y cuáles, sus impactos?
- ¿Creen que esta situación impactó de algún modo, en el rol de la ciencia, como herramienta social?
- ¿Creen que los medios de comunicación tuvieron alguna influencia en la opinión pública al respecto? Si sus respuestas son afirmativas, piensen en qué modos.
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