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miércoles, 18 de julio de 2018

Elegimos la información y no la transmisión de noticias.


Querido 6° A,

Espero que se encuentren muy bien. Es muy grato para mí, compartir mi devolución respecto del último intercambio realizado.

Me gustaría comenzar esta entrada, con una cita/recomendación:  de acuerdo con Galeano, “…El lenguaje dominante, imágenes y palabras producidas en serie, actúan casi siempre al servicio de un sistema de recompensas y castigos, que concibe la vida como una despiadada carrera entre pocos ganadores y muchos perdedores nacidos para perder. (…) La injusticia, fuente del derecho que la perpetúa, es hoy por hoy más injusta que nunca, al sur del mundo y al norte también, pero tiene poca o ninguna existencia para los grandes medios de comunicación que fabrican opinión pública a escala universal.


Considero que este conjunto de palabras, resume en justa medida, la mirada que supieron interpretar todas/os ustedes, respecto del lugar que los medios masivos de comunicación (MMC) ocupan, a la hora de divulgar noticias, no información, sino noticias.

En este caso en particular, en el que analizaron un documento propio del EAAF, organismo que conocen y estudiamos con profundidad, comparándolo con una noticia que relevaba su trabajo, no ha sido compleja la tarea. Sin embargo… ¿Cuántas noticias llegan a manos de la ciudadanía a través de los medios masivos sin otra fuente contrastante? ¿Cómo afecta esta situación a la construcción de nuestra opinión y forma de ver el mundo?

Así lo señalaba Leonel, que notaba que la omisión de información o la mala información constituye una falta de responsabilidad por parte de los MMC. Del mismo modo, Rocío, que manifiesta que la subjetividad con la que trabajan los MMC, no puede evitarse, pero sí, es posible lograr una intervención más activa, como ciudadanas/os, informándonos a través de otras fuentes. O tal como propone Celeste, los medios tienen una falta de compromiso social muy notable. Y las palabras son poderosas y peligrosas armas que pueden influir en la formación de posturas, generando consecuencias para todas/os. Leila y Tomás, coinciden en que la influencia sobre el conocimiento que la sociedad construya, genera un ciclo de desinformación que debe ser cuestionado. En forma similar, Lucía, Chiara y Brian, expresan que esta situación genera la obligación de compromiso responsable de la ciudadanía, frente a la manipulación que establecen sin medida, los MMC.

Por otro lado, Shaiel, se pregunta si no sería lógico esperar que los medios de comunicación permanezcan sin ninguna tendencia político-partidaria, y se encargue de informar objetivamente. Y Ariana, propone que es abrumadora la falta de compromiso puesto que se naturaliza que la población asuma “verdades” falaces. Nicolás, Florencia y Juan Pablo, coinciden en que la falta de honestidad, denota intencionalidad para favorecer intereses político-partidarios y que ya no deberíamos confiar en los medios, que como objetivo, nos desinforman.
Ahora bien, poniendo en el eje de análisis el trabajo de la Ciencia y en particular del EAAF, Camila se propone pensar cómo influyen los MMC en el lugar que ocupan las Ciencias en nuestro país. Santiago, en este sentido, opina que la distorsión de la noticia, resta validez y legitimidad al trabajo que se intenta divulgar. Al igual que Gabriel y Kevin, que expresan que el EAAF no es valorado en la medida en que lo merece, sin comprender por qué, no se comparte con la ciudadanía semejante labor.

Una vez más, les agradezco profundamente, su mirada observadora y cuestionadora de las propuestas. Me siento muy gratificada por su nivel de participación y compromiso, puesto que me invita a pensar que la construcción que transforme estas situaciones es verdaderamente posible. Les deseo hermosos días de descanso. =) Paola.

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